El intenso bombardeo solar llega para taladrar tus ojos; hasta llegar al fondo de tu cerebro y absorber la tranquilidad que te brinda el sopor de la borrachera.
Bien una vez más has atenuado tu frustración y mediocridad, siempre funciona ¿no? pues -¡BIENVENIDO AL DOMINGO!-
-¡Bueno! Mientras te acostumbras a la claridad y al mal de Baco un cigarrillo te caerá de perlas: aspirar, exhalar, humo, niebla, bruma, la mente genera un recuerdo tan neblinoso como el humo de éste pitillo.
En fin, qué importa el recuerdo, qué importa saber si fue cualquier sacerdotisa del amor, o la misma Venus quien estuvo contigo, la verdad es, que ahora estás solo, terriblemente solo y con ese horrible dolor de cabeza. Sí… eso es… un baño de agua helada para despejar un poco, sí… te sentirás mejor.
¿Te has fijado en el rosal de la ventana? Sus pétalos rojos salpicados de rocío contrastan con tu árida floración: porque tu vida es un capullo agotado, en él un canto, y si en ti fuera un canto… sería necrológico o por lo menos, al síndrome de decadencia; en él es poesía, en ti… desolación.
¿Te molesto?... yo también a veces me canso de ti. No sé cómo puedes insultar, culpar, humillar a alguien mientras yo me conduelo de ello, curiosa subdivisión ¿No crees? Tú pecas, yo me arrepiento. Música para los nervios, -¡Bien, bien! … ¿Apetito? Bien veamos: basura, latas abiertas, grifos tirando agua, platos sucios, un enjambre de moscas sobre los restos de la cena, más moscas hambrientas y zumbonas sobre el mantel manchado de vino… ¡Basta! Eso… sólo estimula tus náuseas.
El reloj sigue devorando insaciablemente minuto tras minuto. Podrías salir a la calle pero a qué… ¿A seguir huyendo de mí? ¡Ja! Como si pudiéramos dividirnos y ocultarnos uno del otro. Nunca habíamos tenido divergencias ¿Recuerdas? ¿Cuándo empezaron?
No, no te pongas nervioso, no pretendo atormentarte, sólo vamos a hacer un poco de historia… -eso, ¡Un trago te calmará los nervios y fomentará nuestro diálogo!... Dime ¿Cuántos años hace de aquello? ¿Cuántos años tendría tu hija?... ¿y Nelly que habrá sido de ella? ¿No lo sabes? -¡Vamos! – ¡No te excites tanto! –cálmate, cálmate, a este paso vas a acabar con toda la cristalería de la casa. Hoy amaneciste muy susceptible mucho más que de costumbre.
¿Por qué no le hablas a una amiga para que nos acompañe? Nos haría más grato el día y cubriríamos por hoy nuestras diferencias.
Promete ser éste un buen día: clima templado, pocas nubes, pajarillos revoloteando entre los árboles y todas las clases sociales desfilando a lo largo de la calle. Sí, un buen día ¿Nadie?, ¿No vendrá, nadie? – Bueno y ahora… ummmh te diriges al librero y tomas un libro; sarcófago de ideas muertas, brillante con olor a nuevo y cubierto de polvo, lo abres y dejas que la mirada se pierda entre los surcos de letras tratando de cosechar conceptos, que alimenten la mente, esa mente que hace tiempo está impermeabilizada a cualquier idea que pueda modificar tu conducta o influir en tu personalidad.
Un ruiseñor trina desde el rosal de la ventana y tú oyes las estridencias de ese viejo tocadiscos que hace esfuerzos por ser inteligible ¿Hasta qué punto somos los demás culpables de lo que pensamos o de lo que sentimos?
Y el brillante libro con olor a nuevo y cubierto de polvo va a estrellarse al suelo… ese esfuerzo es demasiado en este momento …1 …2 …3 derecha …1 …2 arriba y … ahora … no, fabricar música tampoco es la solución, el teñir de la guitarra solo desgrana metálicas melancolías que saturan de modorra las proporciones – Cuidado tus percepciones son trampas – no es la primera vez que los sentidos te engañan, ¿Lo recuerdas?... perdóname, no quiero enfurecerte ni mortificarte pero… no puedo menos que acordarme de la pobre Nelly, tan guapa, tan joven y sobre todo nos amaba, ¿Dónde estará ahora? ¿Vivirá? ¿O la pena y el dolor la habrán matado? Pobre Nelly.
Haces bien… -Haces bien- El vino es un gran sedante, relaja el cuerpo, tranquiliza la mente, relaja el espíritu ¡Sí Señor, qué gran cosa es el vino! Nosotros lo necesitamos para echar tierra al pasado tan desagradable, en fin, la vida está llena de cosas desagradables, pero inevitablemente necesarias ¿No te parece? A fin de cuentas el problema es más bien de enfoque, de apreciación. Tú no tienes la culpa de nada, hiciste lo que tenías que hacer ¿No? Además se necesitaba actuar con mano dura, claro que había ciertos puntos oscuros que aún no han sido aclarados pero…oye ¿Por qué dijo Nelly que tú eras el culpable de todo… si todo fue un accidente, no?... un lamentable accidente.
Hey ¿Y esa muñeca? ¿Qué hace aquí? ¿No es la que le habías comprado a tu hija aquella tarde que…? Oh… olvídalo.
Oye ¿Qué te pasa?... estás pálido y demudado, tienes los ojos inyectados de sangre… las fosas nasales se te dilatan… la barbilla te tiembla… las venas del cuello están hinchadas y de las comisuras de la boca te corren unos toscos hilillos de un líquido espeso y baboso que desafía a la gravedad… -¡No!- no estás tan bien ¿Cómo crees? Estás mal, muy mal, tu enfermedad es una curiosa aleación de alma-mente y tiempo.
Te duele el presente, te atormenta el futuro, y te está matando el pasado. Sí, bebe todos los tragos que quieras… ya no es necesario estar sobrio… ahora relájate… trata de fundirte en el silencio… en el sonido de las cosas… en el trino de los pájaros… en los gritos de los niños… en el ruido del auto que se aleja… en el ladrido de los perros… el ruido de un bulto que cae, así debió de oírse al golpear en la acera el cuerpo de nuestra hija al caer de ese balcón… y ahora ese sollozo… en tu cara el miedo, la angustia y el remordimiento han plasmado un rostro de insepulto. Dime ¿Quién era más culpable?
¿Nelly que se emborrachaba en su cuarto o tú que estabas con tu amante?... y ¿Por qué se emborrachaba Nelly?… La baba es más abundante… El pulso te tiembla tanto que has roto la botella y sólo te has quedado con el cuello en la mano.
¿Por qué no le permitiste a Nelly asistir al entierro de su hija y a tu amante sí? ¿Por qué la golpeaste y la arrojaste de esta casa sin un solo céntimo? Acaso… necesitabas aniquilarla para justificarte y aplacar tus sentimientos de culpa… no creí que lo hicieras… no… no creí que lo hicieras… tu cuello tan fuerte… y tan frágil… un giro del brazo… y ya… se acabó… sólo queda el suave siseo del líquido escarlata al ser expelido… y del cual… se desprende un… tenue vaho… sangre… s a n g r e.
1 comentario:
Vaya! Muy buen cuento... seguiré leyendo, quería empezar desde lo primero...Muy buen cuento.. ¿Cuántos años tenía cuando lo escribió? Me recordó a La literatura de la Onda, en particular a Sainz... o Aviles Fábila... en buenahora.
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